La comida más allá del alimento

En LEXIA, queremos ser tus aliados y ayudarte a comprender por qué la gente elige ciertas cosas, cosas tan básicas como la comida que consumen. Actualmente, los alimentos que escoge una persona son, además de una necesidad, una declaración de principios, deseos y visión del mundo y te vamos a decir por qué.  

Esperamos que la siguiente nota sea de tu interés.   

Sigamosconversando.   

  

En México, cada vez hay más personas dispuestas a pagar un poco más por alimentos saludables, que, además de ser ricos en sabor y valor nutricional, cumplan con ciertos requisitos como métodos de producción sustentables, prácticas de comercio justo y frescura. Además, lo que comes ya no es únicamente un alimento, sino una declaración de principios y parte de tu estilo de vida. 

Es decir, la comida no solo alimenta al cuerpo, sino también al ego y, así como el llevar un moño rosa, un listón rojo o un trapo verde, habla de tus convicciones y posturas, lo que pones en tu plato también lo hace.Si ejemplificáramos este concepto, diríamos que aquella persona que consuma hamburguesas elaboradas con carne de vacas alimentadas en prados libres, sin químicos y con pan y condimentos producidos en un establecimiento local (o mejor aún, una hamburguesa vegana) es un ciudadano del mundo que se preocupa por su salud y su planeta, o sea un consumidor consciente 

Los “consumidores conscientes” buscan absoluta transparencia de las marcas, quieren saber cómo y dónde se fabrican los productos, los ingredientes que contienen, si son hechos de manera social y ecológicamente responsable y los efectos a corto, mediano y largo plazo que pueden tener en su salud. 

Rechazan los productos genéricos y fabricados en masa y buscan productos y alternativas como alimentos hiperlocales, experiencias de glamping de eco-lujo, licores y cerveza artesanales, alimentos para bebé hechos en casa o productos de belleza artesanales, entre otros.  

Apuestan cada vez más por las dietas personalizadas y quieren productos saludables, pero, y esto es muy importante, sin renunciar al sabor.  

Son creyentes de la economía del bienestar, en la cual se incorpora una mayor conciencia acerca de la salud, y las enfermedades crónicas como obesidad, hipertensión y diabetes, la cual hace que prefieran productos que tengan un valor agregado de prevención y/o curación, como la espirulina o la proteína vegana en polvo, aunque cuesten más.Pero la economía del bienestar no se limita solo a que los consumidores conscientes cuiden su propia salud, también la del planeta y sus otros habitantes.  

Para tener éxito con estos compradores la industria alimentaria ofrece envases más sostenibles y transparencia absoluta en sus métodos de producción, desde cómo obtienen su materia prima, sus prácticas laborales, métodos de distribución y manejo de residuos, porque todo esto influye en la decisión del consumidor consciente quien también se mueve y conmueve a base de emociones. 

Las marcas deben utilizar el poder de las emociones y la consciencia de las comunidades (reales y virtuales), para crear atracción y generar compromiso, porque los consumidores conscientes tienen expectativas cada vez más altas. Quieren que las marcas no solo sepan quiénes son, qué han comprado y con qué contenido se han comprometido, sino que vayan mucho más allá.  

Esperan que comprendan su mentalidad, sus ambiciones y anhelos personales y que, basados en eso, puedan crear experiencias que inspiren, no que intimiden. 

No quieren que les digan “si no comes calcio te va a dar osteoporosis”, sino “una dieta rica en calcio te permitirá seguir escalando montañas durante toda tu vida” y ya se cansaron también de buscar la perfección física inalcanzable, representada por modelos de cuerpos impresionantes que anuncian papas fritas y no engordan. 

Buscan personas y conceptos reales, con los que puedan empatizar y que les hablen a ellos. Por eso sus elecciones no solo son impulsadas por el deseo de probar cosas nuevas y diferentes, sino por las tendencias que promueven las celebridades en las redes sociales como el veganismo. 

Esta filosofía alimenticia ya dejó de ser para unos pocos extremistas y, gracias al respaldo de celebridades como Jennifer López, Miley Cyrus y la cantante de pop china Long Kuan, no solo es accesible sino atractiva, aunque haya que pagar más o moverse más lejos para encontrar un restaurante vegano. 

En resumen, los nuevos consumidores conscientes están pensando más allá de la alimentación a la hora de llenar su alacena y, con tal de obtener lo que buscan, están dispuestos a pagar por ello.

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