Los niños de hoy: salir a jugar adentro

En LEXIA, buscamos entender las nuevas dinámicas de los distintos grupos de consumidores. En este caso los niños que, por varias situaciones, ya no salen a jugar al exterior, sino que se quedan adentro, muchas veces solos y su vínculo con el mundo de afuera está constituido por lo que ven en sus dispositivos móviles. 

Esperamos que la siguiente nota sea de tu interés.  

Sigamos conversando.  

Los niños no están saliendo a jugar: 

La tendencia – Pasar más tiempo en casa, menos en parques, plazas y centros comerciales. 

Sabemos que los niños y las niñas de hoy pertenecen a una generación que pasa más tiempo sola y en el interior de sus casas.  

Las razones:  

  • Estilo de vida cada vez más acelerado de los padres. 
  • Aumento significativo de las familias en las que los dos progenitores trabajan fuera de casa. 
  • Presión económica que obliga a las familias a tener más de una fuente de ingreso. 
  • Facilidad de acceso a dispositivos con contenido lúdico que requieren conexión a internet como consolas de videojuegos, laptops, computadoras de escritorio, tabletas y smartphones.  
  • Incremento de la inseguridad en espacios públicos de compra o entretenimiento. 

Todas estas razones tienen como consecuencia el que los niños y las niñas se queden en un espacio interior, bajo la supervisión de familiares, amigos, vecinos o servicios de guarderías y, en muchos casos, solos. 

“No puedes estar al pendiente de todo, o cuido a mi hijo y paso tiempo con él o trabajo para vivir”   

Madre de Familia

Entonces ¿dónde juegan?  

El juego es una conducta natural en los menores, por lo cual continúan llevándola a cabo con lo que tienen a la mano.  

Esto se da incluso dentro del hogar o en lugares confinados.  

En el primer caso, la llamada “soledad del hogar”, es uno de los factores que provoca una conexión emocional con las posibilidades de diversión que hay en los espacios de contención, como pueden ser las redes sociales y las plataformas digitales, las cuales se convierten en sus espacios de expresión, socialización y también en medios de consulta para cualquier duda que tengan. 

La diversión es ahora más singular y menos social. 

Debido a este confinamiento forzoso, los niños han migrado del mundo de la imaginación, del parque y de las calles, hacia el mundo virtual.  

Tener que pasar gran parte de su etapa formativa dentro del hogar no solo impacta en los juegos que practica y en la manera de hacerlo. El papel de los niños como compradores y consumidores ha cambiado, pues la televisión dejó de ser su principal medio de entretenimiento y, por lo tanto, de información acerca de los productos que podrían desear para pedírselos a sus padres

Actualmente, los medios digitales y los dispositivos tecnológicos se han convertido en su principal fuente de diversión y también en su canal de compras. 

En vista de que ya no pueden salir a la calle a divertirse con sus pares y, una vez ahí, comparar juguetes e incluso experimentar con ellos para, posteriormente, pedírselos a sus padres, los niños de hoy se hiperinforman desde su dispositivo electrónico, con el cual consumen contenido multimedia y, de paso, localizan productos que añaden a su carrito virtual en espera de que sus padres los paguen. 

Si los niños ya no salen de compras, ¿qué hacen en los centros comerciales?  

A pesar de la situación actual del país, para muchas familias, el salir a realizar las compras se vuelve un momento tradicional de entretenimiento o distracción.  

Esta es la razón por la cual, a pesar de la tendencia expresada en esta nota, muchas plazas comerciales, tiendas de autoservicio y clubes de precios estén llenos de familias los fines de semana. 

Una vez que se encuentran ahí, los niños aprovechan el momento para solicitar los juguetes o productos que vieron estando en casa (ya sea en televisión o en sus dispositivos digitales). 

“Mi mamá ya casi no me lleva al súper, me canso mucho, pero me encanta ir pues sé que ahí venden la muñeca que vi en internet”   

Niña de 9 años

Para entender lo que los niños piden, hay que conocer la información que reciben estando en casa, pero también es necesario saber a qué otros espacios confinados los llevan sus padres cuando salen del hogar. Este conocimiento provee a las marcas de un portafolio amplio de puntos de contacto para comunicarse con ellos. 

Por ejemplo, las actividades extraescolares siguen siendo algo común y casi una constante, sobre todo entre las familias de nivel medio-alto.  

El aprendizaje de idiomas, el de matemáticas y cálculo mental, los cursos de lectura veloz, de robótica o de ajedrez; alguna actividad artística como la pintura o la música o bien la práctica de algún deporte, son ejemplos muy típicos.  

Pero también hay quienes, por múltiples factores, no pueden realizar este tipo actividades. Cuando este es el caso, los niños pasan su tiempo jugando con lo que sus dispositivos móviles les ofrecen. Lo que más consumen es contenido multimedia y apps que repliquen algún juego que se lleve a cabo fuera de casa.  

“Luego juego al fútbol en el celular de mi tío, mis papas no me pueden llevar a un equipo de verdad”   

Niño de 11 años

 Conclusiones  

En LEXIA hemos aprendido que, aunque se adaptan a estar hiperinformados y al juego singular, viven como una pérdida y sufren la carencia de juego con pares en exteriores, incluso en diversas investigaciones escuchamos que lo más difícil que tienen que perdonar, es que no los dejen salir a jugar

“Lo más difícil que he perdonado ha sido que no me dejen salir a jugar”   

Niño de 10 años

Pero, al mismo tiempo, hemos aprendido que mientras los padres cuenten con los recursos, el tiempo y la disposición, harán todo lo posible por compensar el hecho de que los niños ya no puedan salir a las calles a jugar.  

Y para quienes no cuentan con los recursos, el tiempo y la disposición, echarán mano de la tecnología, medios digitales y juguetes, para compensar esta dificultad. 

“Mi mamá trabaja todo el día y papá igual, entonces mis hermanos y yo nos la pasamos jugando, no nos dejan salir a la calle”   

Niño de 9 años

Lo anterior no significa que la comunicación deba dejar de incitar que los niños jueguen en exteriores o a que acompañen a hacer las compras de los padres como un tiempo de calidad familiar.  

Pero sí será necesario adecuarse a las dinámicas sociales que se están dando en el país, las cuales tampoco pueden ignorarse. 

“Me aburro de estar en mi casa si no me dejan ver YouTube, si no lo veo luego no sé qué juguete pedir en navidad”   

Niño de 9 años